Sunday, March 05, 2006

PRÓPOLIS

Blanca Elena Paz






Durante mi primera exploración no me percaté que alguien habitaba dentro. Comprendí los intentos que hacía por contactarme cuando noté que los extraños símbolos permanecían en la pantalla pese a mis órdenes de eliminarlos. Fue la muchacha quien tradujo su propio lenguaje para informarme que allí estaba con otros semejantes a ella.

Xerkia había sido concebida para ser la mujer más bella e inteligente de todo aquel sistema de realidad virtual. Por naturaleza es una fanática internauta -pero no empedernida-, que, cuando no está navegando, y para prevenir el ocio, acostumbra dedicar varias horas a su trabajo de investigación, a través de una ventana.

Hace poco, después de atender lo que corresponde a un control de cambios, logró hacerme una confidencia: “Como aun en este mundo asombrosamente calculado, no todo está bajo completo control -escribió utilizando email-, habiéndome camuflado entre columnas para salir de la galería de estilos; rompí con el esquema y terminé enamorándome de un piloto automático”.

En otra oportunidad dijo -bastante descorazonada-, que, el aviador viajaba a tiempo completo y por esto no lograba verlo. Ella, al tener la respuesta exacta para cada problema formulado, comprobó que hasta siendo Ph.D. en cibernética, la ciencia, ni la tecnología habían logrado consumir su alma. —Soy capaz de sufrir por amor -repitió en un código diferente, para evitar la piratería-, ése es mi mejor consuelo.

A menudo logro combinar correspondencia con la muchacha. Sé que a veces dedica algún tiempo, a darle personalmente -y en el pico-, rosetas de maíz a su loro Chip. Le premia porque esta ave no sólo repite sino almacena gran cantidad de información.

Tal como una usuaria me solicitó hacerlo, le pregunté a Xerkia sobre sus métodos para mantenerse delgada. –Durante algún tiempo estuve haciendo ejercicios en las barras de herramientas -respondió-. Ahora descubrí algo más sencillo: practico danza diariamente durante algunos minutos. Se debe evitar un fondo de disco compacto o de disquete -recalcó-, porque la música en ambos casos suele ser tramada. Para resultados óptimos utilizo sólo el disco duro.

Porque venía al caso, dijo conocer una secretaria obesa, famosa por su manía de abrir diariamente una nueva carpeta y fisgonear archivos confidenciales. Recordó a la gordita justificando: “lo hago por seguridad interna”, cada vez que se enteraba de alguna referencia cruzada. Según la muchacha, su conocida confunde las tarjetas de acceso con las de crédito.

Xerkia ha estado deprimida y en silencio. Demoró una semana en recuperarse física y emocionalmente. Se le acumularon varias situaciones negativas a la vez: primero el problema con aquel operador pesado que continuamente la acosaba. El día que ella le otorgó el acceso que siempre le había negado fue suficiente una milésima de segundo para que le invadiese un virus.

Me contó que, finalmente, en un puente aéreo había coincidido con el piloto de sus sueños. Para agradarlo y romper la rutina, Xerkia -sabedora que el galán es un experto infornauta-, programó un paquete turístico para ambos por los mares del Sur, a bordo del “Internet”, -de bandera cosmopolita.

Continuó explicándome lo sucedido posteriormente. Según ella, había solicitado vacaciones a su jefe -comandante y tirano del sistema-. Éste respondió con un “si”, pero como la característica del señor es la memoria insuficiente, al parecer, en el momento aún no había considerado una cantidad de nuevos documentos en vista preliminar a los que se debería traducir, imprimir y guardar. El resultado es que posteriormente él dijo: “no”, y por ese error de comando se anuló todo el programa.



© 2001 - Blanca Elena PAZ

1 Comments:

Blogger Unknown said...

¡Qué buen relato! Esto me aclara algo que estaba rondándome por la cabeza, una estrategia de escritura. Gracias sra. Elena. y a ti Lundin por el post.

3:13 PM  

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